CAPÍTULO V
Sir Lawson parecía muy enojado. Lewis lo apaciguó, prometiendo hablar de ello con Curk.
—Como comprenderás —decía sir Lawson, rojo por la indignación—, es absurdo que a estas alturas tu hijo ande liado con una mujerzuela. Por otra parte, hace justamente diez años que tú y yo concertamos esa boda. Los chicos tienen edad para casarse, ¿no? Pues a ello, diablos.
—Bueno, bueno —apaciguó cachazudo sir Lewis—, no hay por qué tomarlo tan en serio. Después de todo, los jóvenes necesitan una temporada de esparcimiento. Curk siempre fue un hombre sensato, tú lo sabes.