viernes, 29 de octubre de 2010

NOVELA: Aventurera Capitulo lll





CAPÍTULO lll

Curk entró en la casa como en la suya propia. Se quitó el gabán y lo tiró sobre una butaca. Luego se acercó a la pequeña chimenea y extendió las dos manos.
—Es una tarde infernal —exclamó—. ¿Hace mucho que has llegado?
—Una hora.
Con las piernas un poco abiertas y las manos hundidas en los bolsillos del pantalón, Curk la contempló apreciativo. Gustaba de aquella quietud. Era grato el ambiente humilde, distinto al suyo. Grata la silueta grácil de Evora, que nunca se alteraba. ¿Por qué no podría ser Mildred como ella? Mildred sólo sabía hablar de trajes, de joyas, gentes y fiestas. Evora nunca hablaba mucho. Escuchaba. Sabía escuchar, y era consolador encontrar una persona así.